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No olvidar: irse

“…estoy convencido de que para quien en un momento dado, de pronto o gradualmente, decide que va a ser escritor, no existe diferencia alguna entre nacer en cualquier punto de Centroamérica, en Dublín, en París, en Florencia o en Buenos Aires. Venir a este mundo al lado de una mata de plátano o a la sombra de una encina puede resultar tan bueno o tan malo como hacerlo en medio de un prado, en la pampa o en la estepa, en una aldea perdida de provincia o en una gran capital. Enfrentar el mosquito anófeles del paludismo en una aislada población del trópico o los bacilos de Koch en Praga puede, es verdad, determinar el curso que seguirá su vida, acortar ésta o hacerla insoportable y melancólica, pero no impedirle concebir ideas originales y formularlas en frases brillantes o, para el caso, salvarlo de pensar tonterías y exponerlas en frases torpes. El pequeño mundo que uno encuentra al nacer es el mismo en cualquier parte en que se nazca; sólo se amplía si uno logra irse a tiempo de donde tiene que irse, físicamente o con la imaginación.”



Augusto Monterroso, Los buscadores de Oro.

A proposito di Evo, l’altro ieri

Camisano Vicentino, 22 gennaio 2005.

Ieri c’è stata la cerimonia simbolica d’investitura di Evo Morales a Tiwanaku, oggi quella ufficiale al Palacio Quemado. Diversi amici miei sono andati a partecipare nei festeggiamenti. Io sono molto emozionata, mi dispiace di non essere là. Leggo le notizie con sentimenti contraddittori. Sebbene Evo sia il primo indigena a diventare presidente, non capisco bene la sorpresa: lui è il rappresentante della Bolivia, che è fatta soprattutto di indigeni, cosa c’è di strano? E tutto questo accanimento con l’abbigliamento… Insomma, non si può essere un po’ meno superficiali? Che fastidio. Forse in realtà cerco di liberarmi della speranza, che spesso assomiglia all’ingenuità. Vorrei tanto che le cose andassero bene, che ci fosse finalmente serenità nel mio Paese, un minimo di benessere, giustizia. Il nuovo governo sembra cominciare con il piede giusto, ma ho paura, è tutto troppo bello per essere vero. Nessuno ti da niente per niente, almeno quando c’è di mezzo il potere. Poi ci sono le elevate aspettative dei boliviani, che stanchi degli abusi commessi nel passato sperano in una soluzione quasi miracolosa dei problemi. Non so a che santi rivolgermi per chiedere di proteggere ed assistere Morales e i boliviani.

Mi manca tanto la mia terra.

Hogar dulce(?) hogar

Primera semana de septiembre 2005

Hace un mes cambiamos de casa: de la zona industrial pasamos a la zona residencial de Camisano. No fue largo el viaje, poco más de un kilómetro. La primera noche que pasamos en nuestro nuevo nido fue casi mágica: despertamos con el canto de los pájaros y la luz del sol que se colaba por la ventana. No podíamos creerlo, después de tanto tiempo de escuchar los ventiladores de la fábrica de helados y tener sol sólo en la tarde.

A los dos días nos fuimos de vacaciones. Volvimos hace un par de semanas y el encanto ya se acabó. Será también por el regreso a la rutina, claro, pero resulta imposible no notar el lúgubre aspecto del nuevo barrio. En vez de los galpones hay casas cuadradas con las ventanas cerradas, las persianas bajadas para que no entre el sol ni el calor. Salgas a la hora que salgas, raramente encuentras un humanoide por las calles. A las 10 de la noche está todo en silencio, siendo nuestros vecinos sobre todo jubilados. En este cementerio precoz, tan poco frecuentado, se respira una calma rayana en la inercia. En nuestro anterior barrio por lo menos veíamos a camioneros, representantes comerciales, obreros. Y como éramos apenas 3 familias en medio a todos esos galpones, nos encontrábamos afuera cada vez que podíamos. Cada vez que el clima lo permitía salía el vecino con su hijo, luego nosotros con la nuestra, luego la chica del frente con el perro. No siempre en ese orden, por supuesto.

Bueno, no seamos catastrofistas, el tiempo dirá si nos equivocamos. A lo mejor cuando haga menos calor, cuando los mosquitos se pongan menos rabiosos, cuando la primavera…

La fiesta del soldado (inicios de octubre)

“Quiero agradecer a todos los que me ayudaron. A quien preparó la comida para la fiesta de hoy, a quien me dio una mano cuando recién había llegado, a quien me ayudó a conseguir esta casa, a quienes me han acogido tan bien. Quiero también pedir a Dios que proteja a los que están lejos, a quien en estos momentos está entre las balas arriesgando su vida. Brindemos, ¡salud!”

“¡Salud!” decimos todos en coro y bebemos un poco de prosecco. La fiesta es de Brent, mi nuevo vecino, que quiere inaugurar la casa con esta recepción. Él es un soldado estadounidense que ha estado en Irak. Es negro, al igual que casi todos los invitados. Hay también niños, de hecho la mía juega con los demás muy contenta.

Yo soy tímida y apenas logro intercambiar un par de palabras con los demás. Entablo conversación con una chica italiana que trabaja en el cuartel Ederle y se ocupa de los alojamientos de los soldados. Me pregunta sobre Bolivia, habla de todo un poco y va entrando en confianza. Cuando escucha que hablo en español con mi hija dice que le alegra muchísimo oir nuestra lengua, confiesa que detesta el inglés y que aceptó el trabajo en el cuartel para obligarse a aprenderlo bien de una vez.

Mi compañero vuelve a casa temprano. Yo me quedo en parte porque mi retoño no quiere saber de abandonar a sus nuevos amigos, pero sobre todo porque me interesa conocer a esta gente. Antes de conocer a Brent mi compañero decía que no quería ni saber de uno que hace la guerra, yo en cambio quería conocerlo justamente por ese motivo. Y “trabajando” de intérprete para mi suegro, el dueño de nuestras respectivas moradas y que no habla una palabra de inglés, he podido entrar en contacto con él. ¿Qué puedo decir? Es una persona cordial y simpática, sin duda más cálida y humana que las demás del vecindario. En todo caso se me hace cuesta arriba imaginármelo detrás de una ametralladora. Por supuesto que todavía no hemos hablado de la guerra ni de nuestras posiciones al respecto. No sé cuándo lo haré, si lo haré.

Siempre pensé que hasta el criminal más cruel podría ser contemporáneamente un hijo tierno que cuida a su madre con abnegación. O sea que una cosa no excluye la otra, por mucho que esta idea espante a nuestras conciencias políticamente correctas. Nosotros mismos somos un amasijo de contradicciones, acaso más atenuadas. Claro que estos razonamientos míos son el producto de una innata actitud transgresiva más que de una verdadera reflexión, y hacer especulaciones es diferente a vivir situaciones concretas como la que me ocupa ahora. Será que la educación católica nos acostumbra demasiado a pensar en términos duales: el bien y el mal, el paraíso y el infierno. Cuando identificamos al enemigo lo privamos de cualquier faceta que pueda poner en duda nuestras convicciones. En efecto es mucho más fácil y tranquilizador creer en el “diablo”, el malo puro e insensible que podemos odiar cómodamente y sin tener que sumergirnos en disquisiciones demasiado complejas.

Es tarde y me voy de la fiesta. No me queda otra que llevarme a la fuerza a mi hija, pues no quiere separarse de Mackenzie, una niña apenas más pequeña con la que ha jugado por horas. Brent nos acompaña hasta afuera y nos agradece por haber participado. Yo también lo agradezco, nos ha abierto su casa.

Il tonto

La censura in Italia esiste, eccome. Vedete il caso del libro “Il tonto” di Aldo Ricci, segnalato tra l’altro da Marco Travaglio su La Repubblica del 13/07/2000. Se a qualcuno interessa avere il libro può scrivere direttamente all’autore (trovate l’indirizzo in fondo a questo post) oppure chiederlo anche a me.
Ecco qualche appunto…
ll tonto / comunicato stampa

Aldo Ricci

Il tonto

Germano Edizioni

Distribuzione PDE

Il tonto di Aldo Ricci e’ un romanzo denuncia, con appendice. E’ anche la storia della generazione del ’68 con le sue devianze annesse e connesse: terrorismo, droga, criminalità, intelligence. Una miscela eplosiva di molte trame oscure, come il misterioso assassinio di Mauro Rostagno, “ compagno, guru e amico fraterno”, che il protagonista di questo romanzo storico, racconta in modo duro, tra l’ hard boiled e la cronaca, ai confini tra la fiction e la realtà di una vicenda iniziata a Trento nel ’66 e finita a Trapani nell’88, con la misteriosa morte di Mauro Rostagno e le oscure trame che l’hanno preceduta e seguita. Rostagno dopo essere stato il leader carismatico del movimento studentesco trentino, aver co-fondato Lotta continua a Torino, e aver abbracciato il credo del Baghwan in India, si era poi ritirato in Sicilia e vicino a Trapani aveva fondato Saman, una comunità per il recupero dei cosidetti tossicodipendenti. Ma la struttura della comunità era in mano a un uomo senza scrupoli, Francesco Cardella, che l’aveva usata per i suoi loschi traffici, appoggiato dalla dirigenza dell’allora imperante PSI.

La sera del 26 settembre del 1988, Rostagno fu ucciso a colpi d’arma da fuoco; negli ultimi tempi aveva diretto una televisione privata, mietendo consenso tra la popolazione locale.

Sin dall’inizio la stampa suffragò la pista mafiosa, ma in seguito gli inquirenti ritennero che il delitto fosse maturato all’interno della comunità stessa. Che ad armare la mano di qualche giovane ospite di Saman fosse stato Cardella, i cui interessi nel traffico di tangenti, armi e droga potevano essere stati scoperti da Rostagno, oppure che la regia e/o la complicita’ nel delitto, potessero essere attribuiti a qualche ex Lc, alla vigilia della imprevedibile deposizione di Rostagno al processo Calabresi, oggi chiuso. Invece per il processo Rostagno di la’ da venire, anche se l’inchiesta della magistratura va avanti, fino ad oggi non si sono raggiunte certezze di giudizio.

Aldo Ricci – ha partecipato al movimento studentesco anti-autoritario trentino come Mauro Rostagno, anche se su posizioni del tutto autonome – ha scritto questo suo libro per “aprire lo spazio del dubbio nella mentre dei lettori” , per rievocare l’ambiente e raccontare il contesto in cui maturarono certe scelte, per dare al “verosimile” la consistenza del vero, come è prerogativa della letteratura.

Aldo Ricci ha pure aggiunto una appendice nella quale ciascuno è chiamato col proprio nome , e qui la polemica si fa dura: l’attacco non risparmia nessuno, né i giornalisti né i politici attuali ed ex. Cambia anche il carattere tipografico per staccare la fiction dall’analisi, la letteratura dalla cronaca, ognuna con una propria validità e sarebbe quindi errato privilegiare l’una, forse più duratura (il romanzo), a detrimento dell’altra, probabilmente più effimera (il saggio).

Ricci ha lottato per la dozzina d’anni che ci separano dalla morte di Rostagno per la pubblicazione di questo romanzo generazionale, che è stato respinto – talvolta alla vigilia della pubblicazione – da più editori.

Comunicato stampa n.2

Una fiction con due racconti in parallelo, di cui uno, il perdersi del protagonista nelle viscere di Rio dei malandros e delle divine corpivendole, è l’esatto specchio, la versione deforme, ma coerente di un’altra storia, quella che schiacciò Mauro Ros in una indicibile relazione, forse pure metaforica e casuale, tra il delitto Calabresi e l’assassinio Rostagno, ed in cui l’altro racconto è il vertiginoso punto d’incontro del protagonista del romanzo con la sua storia di “guerriero in tempo di pace”, “bandito”, “revoltè “ e, alla fine, “tonto”, come l’amico assassinato, eroi fottuti, solisti per paradosso, avanguardie senza esercito di una generazione che aveva sognato collettivamente l’assalto al cielo.

Aldo Ricci ha studiato a Trento, sopravvissuto agli anni di piombo, ex sociologo “ho gettato la tonaca tanti anni fa” – ha lavorato nel campo della fotografia, del reportage giornalistico, della tv, del cinema e delle nuove tecnologie audiovisive, prima di approdare all’avventura vera e propria. Autore globale ( Larousse 1990) tra le sue opere scritte: Il Carcere in Italia (co-autore G. Salierno, Einaudi 1971), (SugarCo 1978), Fuori dai Denti e Contro il ’68 (Gammalibri 1980 e 1982), Maria Vittoria, MR editeur, Paris 1993. Dopo una lunga permanenza in Brasile, e una più breve a New York, sta ora ultimando il romanzo l’Inganno, che (in parte) costituisce il seguito de il Tonto.

Il Tonto, romanzo/saggio generazionale di Aldo Ricci, miscela caustica di molte devianze – terrorismo, droga, criminalità, intelligence – e di svariate trame oscure raccontate per esperienza diretta, come il misterioso assassinio di Mauro Rostagno, “compagno, guru e fraterno amico”, è un racconto duro, tra l’hard boiled e la cronaca giudiziaria, ai confini tra immaginazione e realtà, “tra pulp e investigazione alla JFK di Oliver Stone” (Marco Travaglio, l’Espresso).

“Una non fiction story, con due racconti in parallelo”, spiega Ricci. Nel primo (il romanzo) si assiste al perdersi del protagonista nelle viscere della Rio, tra spietati malandros & divine corpivendole, costituisce lo specchio, la versione deforme eppur coerente, di un’altra storia, quella che poi alla fine schiacciò Mauro Ros(tagno) in un’indicibile relazione, – forse anche metaforica e casuale – tra il delitto Calabresi e la soppressione di Mauro Rostagno. Il secondo racconto (il saggio) costituisce invece il vertiginoso punto d’incontro del protagonista del romanzo con la sua storia di “guerriero in tempo di pace”, “bandito”, “revolté” e, alla fine, tonto, come l’amico assassinato – “eroi fottuti, solisti per paradosso, avanguardie senza esercito e senza scampo di una generazione che aveva osato.”

Il libro respinto per 12 anni 12, talvolta alla vigilia della pubblicazione, da più editori, dopo la sua fortunosa pubblicazione – definito “pericoloso e maledetto” – è stato prima boicottato, e quindi, grazie a un escamotege giuridico-amministrativo, posto fuori mercato

Aldo Ricci, ha studiato sociologia a Trento negli anni caldi e sopravvissuto agli anni di piombo, dopo diverse esperienze – fotografia, reportage giornalistico, cinema, tv e nuove tecnologie comunicative – sta ultimando il nuovo romanzo L’Inganno, in parte il seguito de il Tonto. Tra le sua principali opere scritte: Il Carcere in Italia, co-autore G.Salierno, -(Einaudi, 1971); I giovani non sono Piante (SugarCo, 1978), Fuori dai Denti (Gammalibri, 1980), Contro il ’68 (Gammalibri, 1982), Maria Vittoria, (MR editeur, Paris, 1993)…

El broli

Terminaba de barrer la cocina para quitar todos los pedacitos de comida que mi hija deja esparcidos después del almuerzo, y pasando junto a la ventana vi el cartero que dejaba un sobre grande y gordo sobre uno de los pilones de la reja. Desconecté la alarma, bajé las escaleras al trote, me quité las pantuflas, me puse los zapatos y corrí hacia el paquetito. Lo tomé entre mis manos y leí el esperado remitente: Universidad de Alicante.
Volví de prisa a la casa, abrí el sobre mientras subía los escalones de dos en dos. Fui al dormitorio y le di el libro a mi cítrico para que lo viera mientras yo atendía a la niña, que reclamaba la teta. “Oh, qué edición”, me dijo. “¿Está todo en español?”. Sí. “¿Es italiano?”. No, pero claro que puede confundir con ese nombre. Tomé el libro y lo hojeé rápidamente para al menos tener una vaga idea de su estructura. Lo dejé sobre la mesa de noche para amamantar a mi hija. Pocos minutos más tarde fue ella misma quien lo “estrenó”, lo botó al piso y se subió encima. Claro, anda con la manía de treparse a todas partes y es tan grueso ese texto…
Yo creí que la Teoría general de la mediación interlingüe de don Sergio Viaggio iba a tardar más en llegar, pues había pedido el envío por tierra. Ahora tendré que abandonar por un buen tiempo La seducción, de Baudrillard, que comencé justo ayer.